- ¡Hola! Puedo entrar con el perro.
- Hola. No.
- ¿Y si lo llevo en brazos?
miércoles, 7 de enero de 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Asociación libre de venturas y desventuras de una mujer que decidió ponerse detrás de un mostrador para ver cómo se ven las cosas desde esa perspectiva
esta es simpática
ResponderEliminarLa gente quiere a sus perros hasta el punto de considerarlos personas, por eso no son capaces de comprender que "animales y restaurante" no es una combinación válida.
ResponderEliminarHay casos peores. En un parque natural de Suecia nos dieron unos simpáticos panfletos para avisar de la presencia de osos y recordarnos el comportamiento a seguir en caso de toparnos con uno (no buscar contacto visual, mostrarse cabizbajo, retirarse muy lentamente). Para tranquilizar se informaba que en 30 años solo había habido un incidente. ¡Un turista estadounidense comenzó a explicarle a un oso que no tenía intención de hacerle daño! El animal obviamente se sintió amenazado y le atacó.
Un ejemplo real de cómo la manía del antropomorfismo, que le pone pantalones hasta a una esponja y le nombra Bob, puede tener consecuencias nefastas en el "mundo real".
Animo y sigue comentando las "animaladas", porque seguro que va a haber más. Laira contra Disney... batalla perdida...